La gestión de riesgos financieros: Un sector contra cíclico

El panorama económico de los últimos años ha impulsado el negocio asociado al riesgo de crédito. Y es que se trata de un sector contra cíclico. Es decir, crece en momentos de recesión, aunque esto se debe a un concepto más emocional que económico (miedo asociado a la incertidumbre).

Es innegable que en momentos de ralentización económica la morosidad crece (menores posibilidades de venta, o reducción de margen, y especialmente menor capacidad de financiación bancaria…. En muchos casos las tres variables a la vez).

Venimos de una situación en la que las circunstancias asociadas a la incertidumbre económica (no sólo eso, sino también sanitaria y social) provocaron la articulación de una serie de medidas que basadas en el incremento de deuda (país, empresas, familias), nos permitieron atenuar el impacto asociado a las consecuencias de la crisis sanitaria que vivimos.

Este factor monetario (junto con otros de naturaleza especulativa) han incidido en el incremento de la inflación, que a su vez desencadena el incremento de tipos de interés.

Ahora, en un escenario de deuda elevada, márgenes estrechos e incremento de tipos la morosidad crecerá. Y esa situación redunda en una mayor preocupación por las posibles coberturas de crédito.

El crecimiento de la morosidad es algo esperado desde hace tiempo; lleva unos años en un estado artificialmente bajo (moratorias concursales, ayudas y préstamos con garantía estatal). La cuestión crítica a dilucidar es… ¿Cuánto crecerá en términos absolutos? Podemos esperar magnitudes de crecimiento, en términos relativos, muy importantes (pero partiendo de un nivel muy bajo).

Como cualquier ciclo económico se producirán ajustes, caerán empresas y la morosidad tendrá mayor impacto en aquellas empresas que no hayan atendido a los factores preventivos.